miércoles, 4 de junio de 2008

Robo en una joyería: se llevaron piezas de oro por 200 mil pesos


Una banda conformada por al menos 3 sujetos desvalijó una renombrada joyería ubicada en pleno centro de la ciudad de Goya y huyó con un valioso botín sin dejar huellas. No es la primera vez que el local, de nombre “Floremar” propiedad de una conocida familia goyana, sufre un atraco. Pero esta vez el golpe fue importante: estiman que los ladrones se habrían alzado con más de 200 mil pesos entre diversos artículos, todos de oro.De acuerdo a la primera evaluación, se llevaron dos kilos de oro puro, además de varias alhajas y relojes todos del mismo material. También embolsaron unos 2 mil pesos que estaban guardados en la caja registradora.Los delincuentes actuaron con celeridad y precisión, amparados en la oscuridad. El robo se perpetró el domingo a la madrugada, aparentemente aprovecharon las adversas condiciones climáticas que alejó a los noctámbulos de las calles para ejecutar un plan bien calculado.El comercio funciona en un local ubicado por calle José Gómez, frente a la terminal de ómnibus de la ciuda de Goya. Es una zona de fuerte actividad comercial. En ese perímetro la familia Flores Martínez -propietaria de la joyería Floremar- tenía varios negocios. La calle José Gómez es paralela a la calle principal de Goya. Parangonando con la capital provincial, la calle José Gómez es una suerte de calle Yrigoyen.La banda habría llegado al lugar en un automóvil que permeneció estacionado frente al local. La noche estaba fría y lluviosa. Uno de los sujetos quedó dentro del vehículo, al comando del volante y oficiando de campana. Dos compinches saltaron un muro perimetral y se colaron por el techo hasta un patio interno.En los fondos del edificio, los delincuentes violentaron una puerta trasera que además de la cerradura normal estaba asegurada con cadena y candado. Una vez adentro del local se dedicaron a seleccionar el botín: solamente se llevaron piezas de oro. Desecharon los artículos de plata.En la bolsa cargaron anillos, pendientes, pulseras, prendedores, todo de oro, incluso encontraron un lingote de oro puro de aproximadamente 2 kilos, también lo embolsaron. Lo mismo sucedió con una caja llena de piedras preciosas de distintos tamaños y modelos. La chafalonería no fue tenida en cuenta. Según versiones extraoficiales el botín supera los 200 mil pesos. Pero además también hallaron en la caja registradora unos 2 mil pesos, producto de lo recaudado en las últimas ventas del día sábado.Tras “limpiar” el local los delincuentes huyeron sin dejar pistas. El propietario del negocio, de apellido Flores, se percató del hecho delictivo el lunes a la mañana cuando arribó a la joyería para reanudar la atención. El hombre dio aviso a la Comisaría jurisdiccional que rapidamente destacó una comisión policial para realizar las pericias correspondientes y poner en marcha el proceso investigativo que hasta ayer, al cierre de esta edición, no había dado resultados positivos.Por el momento no hay sospechosos ni datos concretos que permitan orientar la pesquisa. Según trascendió, en la cuadra hay un “sereno” pero no registró movimientos extraños el domingo a la madrugada. Se desconoce si el local tiene alarma.

lunes, 2 de junio de 2008


La rápida respuesta de la Policía a una llamada telefónica sirvió para que uno de los cuatro miembros de una banda de ladrones que pretendía saquear un kiosco de la ciudad de Corrientes fuera detenido, al ser descubierto en el momento que oficiaba de “campana”. El intento de robo ocurrió a las 7 de ayer, en un negocio ubicado en Yrigoyen al 2300, entre Perú y Vélez Sarsfield, en el barrio Libertad. Un testigo observó cuando el grupo de delincuentes frenó su caminata frente al local comercial y tres de ellos comenzaron a forzar la reja y luego la puerta de acceso, mientras otro quedó parado afuera. El alerta telefónico provocó la llegada de un patrullero de la comisaría Quinta y de efectivos del Sector “microcentro”, encargados de la recorrida y patrullaje dentro de las cuatro avenidas. Cuando advirtió la llegada de los policías, el sujeto que hacía de “vigía” gritó avisando a sus cómplices y comenzó a correr. El hombre, después de una corta persecución, fue alcanzado una cuadra más adelante, por calle Perú, casi Junín, donde tropezó, cayó y sufrió un golpe en la cabeza. Se trata de Ramón Alegre, de 33 años, del barrio San Antonio de esta capital. El informe brindado a “época” por fuentes de la fuerza señala que los otros maleantes escaparon porque salieron corriendo del kiosco y se dispersaron. “Se fueron hacia distintas direcciones”. Una inspección en el comercio permitió establecer que el robo no fue consumado